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Crisis arrocera en Cuba: Dependencia, declive y el espejismo del autoabastecimiento

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Tocororor Cubano

Crisis arrocera en Cuba: Dependencia, declive y el espejismo del autoabastecimiento
Por Henrik Hernández

La producción de arroz en Cuba atraviesa una de sus peores crisis en décadas. Con rendimientos por debajo de dos toneladas por hectárea y una superficie cultivada cada vez menor, el país ha pasado a importar el 100 % del arroz destinado a la canasta básica. Esta dependencia total, en un contexto económico de alta inflación, escasez de divisas e inestabilidad estructural, agrava la ya precaria situación alimentaria de la población.

¿Qué está pasando con el arroz en Cuba?
En 2018, Cuba logró sembrar 150 000 hectáreas de arroz y cosechar 304 000 toneladas, cubriendo casi la mitad del consumo nacional estimado (700 000 toneladas anuales). Sin embargo, para 2024 las cifras se han desplomado: apenas 100 000 hectáreas sembradas y 100 000 toneladas previstas. Eso equivale al 30 % de la producción de 2018, y al 14 % de la demanda nacional total.

A esto se suma una escalada de precios en los mercados no estatales, donde una libra de arroz puede superar los 300 pesos, lo que lo convierte en un alimento cada vez más inaccesible para la mayoría de las familias cubanas. La producción nacional, según el Ministerio de Agricultura, no aporta ni un solo grano al sistema de distribución normada, lo cual representa una dependencia total de la importación del arroz que se entrega por la libreta.

Las causas de un colapso anunciado
El presidente del Grupo Agrícola del MINAG, Orlando Linares, ha sido claro: el arroz es un cultivo técnico que requiere un paquete tecnológico complejo —maquinaria, semillas mejoradas, fertilizantes, pesticidas, secaderos, silos, molinos, combustible— y el país hoy no dispone de casi ninguno de estos recursos. A consecuencia, el rendimiento cayó de 4 t/ha en 2018 a apenas 1,7 t/ha en 2024, con una ligera recuperación proyectada a 2,2 t/ha en 2025.

El deterioro comenzó antes de la pandemia, como resultado de la crisis económica interna, pero se profundizó con la COVID-19 y el endurecimiento de las sanciones estadounidenses. La falta de divisas, de acceso a financiamiento y la escasez de piezas para la maquinaria importada crearon un cuello de botella que paralizó gran parte de la infraestructura productiva.

Importar arroz: solución transitoria, dependencia permanente
Solo entre 2010 y 2020, Cuba gastó más de 800 millones de dólares en importar arroz. De 2016 a 2018, Vietnam suministró más de un millón de toneladas al país, consolidándose como el principal proveedor. En 2021, Cuba fue el segundo mayor comprador de arroz vietnamita, después de Filipinas. El costo de esa dependencia no solo es económico, sino también geopolítico: una interrupción comercial, una crisis de transporte o un conflicto global podría dejar a la isla sin su principal fuente de carbohidratos básicos.

El caso de Pinar del Río: ¿modelo de recuperación?
En medio del colapso general, el municipio de Los Palacios, en Pinar del Río, ha sido el escenario de un experimento de cooperación internacional con la empresa vietnamita Agri VMA. Allí se sembraron poco más de 1 000 hectáreas, que generaron alrededor de 1 000 toneladas de arroz para la canasta básica. El rendimiento, sin embargo, fue de apenas 1 tonelada por hectárea, un resultado muy por debajo del estándar vietnamita (5,5–6 t/ha).

Por su parte, la Empresa Agroindustrial de Granos Los Palacios sembró 13 807 hectáreas y proyecta una producción de 21 765 toneladas, lo que arroja un rendimiento promedio de 1,66 t/ha. Estos números, aunque ligeramente superiores, siguen siendo insatisfactorios. Aumentar las hectáreas sembradas sin mejorar el rendimiento solo consume más recursos sin resolver el problema de fondo.

Arroz popular: el regreso de la siembra familiar
Ante el fracaso de las grandes estructuras productivas, el gobierno ha reactivado una estrategia que recuerda al Período Especial: el "arroz popular". Se trata de parcelas familiares o colectivas ubicadas cerca de fuentes de agua, que prescinden de maquinaria pesada y utilizan métodos tradicionales. Más de 20 000 productores participaron en esta modalidad en 2024, y se espera que en 2025 esa cifra aumente.

En provincias como Pinar del Río, esta forma de producción ya casi iguala en superficie a la empresa estatal especializada. Si bien no es una solución definitiva, sí representa una vía de resistencia y autoorganización ante el colapso institucional.

¿Un futuro sostenible o más espejismos?
El Programa Nacional de Desarrollo Arrocero proyecta alcanzar 650 000 toneladas anuales para 2030, con una inversión total de 889,5 millones de dólares. Se prevén nuevas cooperaciones con China y Vietnam, inversión extranjera, rehabilitación de secaderos, molinos, sistemas de riego, y encadenamientos con actores no estatales. Pero los cuellos de botella siguen ahí: sin fertilizantes, sin combustible y sin acceso fluido al mercado internacional, las proyecciones pueden quedarse, una vez más, en el papel.

Conclusión: producir más con menos
Aumentar la superficie sembrada no equivale a producir más arroz. Sin mejoras reales en los rendimientos por hectárea, el país seguirá atado a un modelo que consume más recursos de los que produce. La verdadera soberanía alimentaria requiere tecnología adaptada al entorno cubano, eficiencia local, autonomía energética y participación popular organizada, no solamente hectáreas ni discursos.

El arroz es más que un alimento: es símbolo de estabilidad familiar, base de la dieta nacional y termómetro de la justicia social. Mientras Cuba dependa de barcos y contratos internacionales para abastecer su plato más básico, la independencia seguirá siendo un ideal comprometido.

Glosario
Canasta básica: Conjunto de productos alimenticios y de uso diario que el Estado cubano distribuye a la población mediante el sistema de racionamiento, a precios subsidiados.

Rendimiento por hectárea (t/ha): Medida que indica la cantidad de producto (en toneladas) que se obtiene por cada hectárea cultivada. Es un indicador clave de eficiencia agrícola.

Soberanía alimentaria: Derecho de los pueblos a producir, distribuir y consumir alimentos locales y sostenibles, de acuerdo con sus necesidades y cultura, sin depender de importaciones externas.

Arroz popular: Modalidad de cultivo impulsada en tiempos de crisis, basada en pequeños productores que siembran arroz en vegas, cañadas o márgenes de ríos, con métodos tradicionales y bajo uso de insumos.

Importación de emergencia: Compra internacional de alimentos básicos que no pueden ser producidos localmente en cantidades suficientes, lo cual implica gastos significativos en divisas.

Cooperación agroindustrial: Acuerdos con empresas extranjeras (como Agri VMA de Vietnam) para mejorar la producción agrícola mediante tecnología, inversión y transferencia de conocimientos.

Fuentes en formato APA 7
Agencia Cubana de Noticias. (2025, 5 de agosto). Valdés Mesa: Cuba necesita aumentar la producción de arroz (+Fotos). https://www.acn.cu/economia/valdes-mesa-cuba-necesita-aumentar-la-produccion-de-arroz

CiberCuba. (2025, 3 de marzo). Cuba produce solo el 30 por ciento del arroz que cosechaba en 2018. https://www.cibercuba.com/noticias/2025-03-04-u1-e197721-s27061-nid298157-cuba-produce-solo-30-ciento-arroz-cosechaba-2018

Marín Álvarez, O. (2022, 1 de abril). El problema del arroz en Cuba, explicado. Periodismo de Barrio. https://periodismodebarrio.org/2022/04/el-problema-del-arroz-en-cuba-explicado/

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