¿Cómo puede Cuba revertir la fragmentación interna del conocimiento?
por Henrik Hernandezpublicado en
Claves de gobernanza para convertir ciencia en desarrollo
Durante décadas, el debate sobre el desarrollo cubano ha estado marcado por una pregunta recurrente: qué recursos le faltan al país para avanzar. Sin embargo, el análisis acumulado en esta serie sugiere que la pregunta correcta es otra. Cuba no carece de conocimiento, ni de capacidades científicas, ni siquiera de recursos estratégicos; lo que enfrenta es una dificultad persistente para articularlos en un sistema coherente de producción, innovación y soberanía material.
Esta disfunción, definida como fragmentación interna del conocimiento, no se explica por carencias técnicas aisladas ni por insuficiencia de talento. Se trata, fundamentalmente, de un problema de gobernanza: de cómo se organizan, conectan y orientan los flujos entre ciencia, decisión política y actividad productiva. Revertirla exige menos promesas grandilocuentes y más ajustes precisos en los mecanismos de articulación.
El problema no es técnico, es organizacional
Las universidades cubanas, los centros de investigación y las instituciones científicas han generado, durante años, conocimiento relevante en sectores clave como biotecnología, energía, agricultura, materiales, software y medio ambiente. Ese conocimiento existe, está documentado y, en muchos casos, ha demostrado su viabilidad técnica. Sin embargo, no logra transformarse de manera sistemática en productos, servicios o industrias sostenibles.
Esto indica que el obstáculo principal no reside en la ciencia en sí, sino en la forma en que el sistema económico e institucional absorbe —o no absorbe— ese conocimiento. La fragmentación aparece cuando cada componente cumple su función de manera aislada: la academia investiga, el Estado regula, las empresas producen como pueden, y el territorio espera resultados. Lo que falta es un mecanismo estable de integración, no un nuevo ciclo de investigación desconectado de la realidad productiva.
Mecanismos clave para revertir la fragmentación
Vincular la investigación pública a problemas productivos concretos
La investigación financiada con recursos públicos necesita una conexión más directa con demandas productivas reales, sin que ello implique sacrificar la investigación básica. Esto no significa imponer temas desde arriba, sino establecer canales permanentes donde los problemas económicos, territoriales y sociales retroalimenten la agenda científica. La ciencia no pierde calidad por dialogar con la realidad; pierde impacto cuando se le aísla de ella.
Financiar la integración, no solo la investigación
Uno de los cuellos de botella más frecuentes es que el financiamiento se concentra en la fase de investigación, pero se interrumpe cuando llega el momento de integrar, escalar o pilotar soluciones. Revertir la fragmentación exige instrumentos financieros dirigidos específicamente a proyectos de integración: aquellos que conectan laboratorios con talleres, prototipos con líneas productivas, conocimiento con mercado. Sin esa fase intermedia, la innovación queda atrapada en el papel.
Crear espacios de experimentación a escala piloto
El salto entre la prueba de laboratorio y la producción industrial suele ser el punto donde muchos proyectos se detienen. Por ello, resulta crucial habilitar espacios de experimentación controlada, con autonomía operativa suficiente para probar soluciones a pequeña escala, asumir riesgos calculados y aprender del error. Sin estos espacios, el sistema penaliza la innovación en lugar de estimularla.
Institucionalizar la interfaz universidad–empresa–territorio
La articulación entre universidades, empresas y territorios no puede depender de iniciativas individuales o relaciones informales. Necesita convertirse en una interfaz institucional estable, con reglas claras, tiempos compatibles y objetivos compartidos. Cuando esta interfaz funciona, el conocimiento circula; cuando no existe, cada actor optimiza su supervivencia aislada y la fragmentación se reproduce.
Retener y activar el capital humano como prioridad estratégica
El recurso más crítico de Cuba es su capital humano. Revertir la fragmentación implica crear incentivos reales para que los profesionales puedan desarrollar proyectos significativos dentro del país, con autonomía, reconocimiento y condiciones materiales mínimas. La fuga de cerebros no es solo un problema migratorio; es una señal de que el sistema no está absorbiendo la inteligencia que produce.
El papel del Estado: dirección sin asfixia
El Estado tiene un rol insustituible en este proceso, pero no como microgestor de cada decisión técnica. Su función central es articular, coordinar y orientar, creando marcos que permitan que el conocimiento fluya y se traduzca en acción. Dirigir no significa controlar cada paso, sino definir prioridades, reducir fricciones y garantizar coherencia sistémica.
Un Estado que concentra todas las decisiones técnicas termina ralentizando la innovación; uno que se retira por completo deja el sistema fragmentado. El equilibrio está en una dirección estratégica clara, acompañada de autonomía operativa para quienes producen y experimentan.
Revertir la fragmentación es una cuestión de soberanía
En un contexto marcado por el bloqueo y las restricciones externas, la fragmentación interna del conocimiento se convierte en una vulnerabilidad estratégica. Cada recurso no activado, cada solución que no escala, cada talento que se pierde, refuerza la dependencia externa. Por el contrario, integrar ciencia, producción y decisión política es una forma concreta de fortalecer la soberanía material.
Revertir la fragmentación no es un acto puntual ni una reforma milagrosa. Es un proceso gradual de reconstrucción de coherencias. Pero es, también, una de las pocas vías realistas para que Cuba transforme lo que ya tiene —conocimiento, personas y recursos— en desarrollo efectivo y resiliente.
Glosario de términos clave:
Fragmentación interna del conocimiento:
Disfunción sistémica en la que el conocimiento científico y técnico existente no se articula con la producción ni con la toma de decisiones, impidiendo su transformación en desarrollo.
Gobernanza del conocimiento:
Conjunto de mecanismos mediante los cuales una sociedad organiza, orienta y utiliza su conocimiento para resolver problemas colectivos.
Ventajas comparativas:
Condiciones favorables basadas en recursos, conocimiento o capital humano disponibles.
Ventajas competitivas:
Capacidad efectiva de convertir esas ventajas comparativas en productos, industrias y soberanía económica sostenida.
Economía endógena:
Modelo de desarrollo basado en la activación coherente de capacidades internas.
Fuentes consultadas:
Chang, H.-J. (2002). Kicking away the ladder: Development strategy in historical perspective. Anthem Press.
Rodrik, D. (2004). Industrial policy for the twenty-first century (KSG Faculty Research Working Paper Series No. RWP04-047). Harvard University, John F. Kennedy School of Government. https://www.hks.harvard.edu/publications/industrial-policy-twenty-first-century
Lundvall, B.-Å. (Ed.). (1992). National systems of innovation: Toward a theory of innovation and interactive learning. Pinter Publishers.
Mazzucato, M. (2018). The value of everything: Making and taking in the global economy. Penguin Random House.
Gracias por leerme.
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Por Henrik Hernandez - Tocororo Cubano
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